domingo, 28 de abril de 2013

MATEO, xxv, 30 DE JORGE LUIS BORGES. “Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será El llanto y el rechinar de dientes” El poema descansaba disimulado en algún lugar del selvático ordenador, a la espera de que alguien lo rescatara, a través de ese acto mágico que es la lectura y se convirtiese en una fuente de energía espiritual. En ese aspecto, el poema se ofrecía como un generoso obsequio borgeano al lector ocasional que se aventurara a explorar la sustancia del escrito, arriesgándose a descubrir el profundo mensaje que Borges pretendió inmortalizar. Igualmente, cabía la posibilidad que ese imaginario lector no contara con el juicio suficiente, para descifrar la clave del poema y quedara expuesto a ser arrojado “a las tinieblas de afuera “de lo poético, debido a su ineptitud comprensiva. El desafío existía y sólo faltaba que surgiese esa voz infinita, que nace en ocasiones e ignoramos de donde proviene, hospedándose en lo profundo del pensar, entregando en ese sorprendente momento el misterioso develamiento del ser de la cosa. Y esa voz se hizo escuchar, derribando en un impetuoso impulso el reino de las palabras y haciendo florecer la multiplicidad de las cosas en toda su plenitud, convirtiéndose en un misterioso acto, en lugar, día, noche, océano, árbol, mentes disolutas embriagadas de poder, crímenes, torturados, utopías no consumadas, violencia, injusticias y también se manifestó como un volcán en erupción y silenciosamente en lo absurdo del revelar. Y esa misma voz dijo: extraviado y deambulando errante entre las cosas, marchabas ciego detrás de la ilusión de las palabras y vacíos conceptos, ignorando lo más elemental de las cosas dispuestas en un mundo, en que todo se ha dado para la complacencia y ser recreadas en el pensar poético . Pero, por un extraño artificio de un pervertido juicio, las cosas dejaron de ser cosas para pasar a ser objetos y simples útiles, asignándole solo un valor en los abultados patrimonios gananciales. Y acentúa esa voz que se escapa del poema gritando, “HAS GASTADO LOS AÑOS Y TE HAN GASTADO, Y TODAVÍA NO HAS ESCRITO EL POEMA. Y como un siervo inútil, dormirás a la intemperie de la banalidad superficial que te hará rechinar los dientes en el desierto del tedio y tu talento ahora envilecido, considerara la vida solo exclusivamente como un juego de pérdida o ganancia. HÉCTOR

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