domingo, 31 de marzo de 2013

LA INFORMACIÓN: ¿UNA EXPLORACIÓN DE LA REALIDAD? LENGUAJE ULTRAJADO POR LA PUBLICIDAD, LENGUAJE USADO COMO MAGIA NEGRA PARA LA HUMILLACIÓN DE NUESTRO PLANETA ALLEN GRINSBERG: WICHITA VORTEX SUTRA A menudo se plantea en una conversación, el dilema de sí es conveniente o no informarse de lo que acontece diariamente tanto en el ámbito local, nacional e internacional. Algunos la desechan aduciendo que la resultante es agregar una sobrecarga emocional negativa, a los múltiples problemas que deben afrontar diariamente. Los otros rechazan estos argumentos, aduciendo que es necesario mantener una fluida convivencia con la información diaria con el fin de estar actualizado y poder de esta manera, estar en correspondencia con la realidad. Pero ante estos planteos surgen algunas preguntas que sería interesante analizar. ¿Resulta cierto que nos desinformamos de forma espontánea a través de un acto voluntario? ¿Tenemos una certeza irrefutable de que a través de la información que recibimos, nos aproximamos a la realidad y por lo tanto, participamos al menos mentalmente en el diagrama de la actualidad del mundo? ¿El estar informados nos abre una ventana para que a través de ella podamos pensar el tiempo que nos toca vivir? El que escribe estas líneas no está tan seguro de que esto acontezca. Para abordar este complejo problema aunque sea someramente, voy a reproducir algunas apreciaciones que hace, el filósofo francés, fallecido recientemente, Jacques Derrida sobre este tema. En primer lugar nos dice que para reflexionar sobre el tiempo que nos toca vivir, se debe tener presente el complejo mundo tecnológico en que se mueve la estructura de lo que denominamos, mundo de las comunicaciones o de las informaciones, expresadas en diarios, revistas, televisión, Internet, etc. En segundo lugar, tener claro qué se designa con el término “actualidad”. Según Derrida, la actualidad es algo que está hecha es decir, es algo producida de forma activa. Es razonable pensar, que el dato objetivo puro no existe, por lo tanto, somos receptores de productos elaborados. Nos movemos en un mundo que está permanentemente sometido a la hechura de la interpretación. Por lo tanto, si tenemos un espíritu crítico, se nos impone como tarea ineludible, el someter a una contra interpretación la información recibida depurándola de los aspectos ficticios y tendenciosos cuando notamos que puede haber una intención encubierta de llevarnos a una aceptación interesada de la noticia. Con otras palabras, cuando intuimos que pretenden manipularnos. Por eso tampoco podemos escapar a la problemática ideológica y a los intereses creados que se mueven tras el mundo de las comunicaciones, fundamentalmente en los relacionados con el ámbito político. En tal sentido Derrida nos alerta diciendo que “Hegel exhortaba al filósofo de su tiempo a la lectura cotidiana de los periódicos. Hoy, la misma responsabilidad exige también que sepa cómo se hacen y quién hace los periódicos, los diarios, los semanarios, los noticieros de televisión” Es decir si detectamos cómo, quiénes y qué intereses se mueven en ese trasmundo de los medios, habremos ganado a no dudarlo un espacio de libertad en los criterios a seguir ante la manipulación y la distorsión que a diario nos someten algunos medios informativos. Por eso para terminar es interesante la reflexión que hace Derrida para no dejarnos sumergidos en un indefenso escepticismo: “la información es un proceso contradictorio y heterogéneo-puede y debe transformarse y servir como lo hizo a menudo al saber, la verdad y la causa de la democracia venidera”.

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