miércoles, 15 de junio de 2011

REPRESENTACIONES GRABADAS

REPRESENTACIONES GRABADAS
Resonancias a pie de página

La madera, prolijamente teñida de negro, el papel de calco, las gubias, la tabla donde usualmente fijo el material; todo lo que necesitaba para comenzar a tallar, lo tenía a mi disposición Observé con detención los bocetos que tenía ante mí y los fui analizando uno a uno. Pero tengo que confesar que ninguno me motivaba demasiado (1). Eran para mi gusto todos muy groseros y no reflejaban lo que realmente rondaba en mi cabeza: un hombre desintegrado era mí fantasía, programaba en una imagen, aún no concretada en los papeles previamente dibujados. De improviso tomé una gubia y sin dudar, comencé a delinear un torso humano, enlazando una pierna con otra, una cara donde sobresalía una mano y diseminé desordenadamente otras partes del cuerpo sobre la negra tabla, donde la afinada gubia iba abriendo con profundos trazos, forjando desde esa ofuscación, las figuras imaginadas. ¡Cuantas cosas que proyectaba en esas sutiles representaciones! Siguiendo silenciosamente el curso de mis pensamientos, pude entrever los estímulos que me impulsaron a sintetizar en esa trastornada estampa, la interpretación que comprendía a un ser humano, que ya sólo respondía a los mandatos de una compleja pluralidad y se auto comprendía, como un ser fragmentado, sin un punto de apoyo, desde donde integrar sus múltiples partes, que giraban en el vacío. Absorto en esos pensamientos, seguí dibujando y me situé en los motivos que me llevaron a representar esos conceptos, aparentemente abstractos en imágenes, cada vez más difíciles de definir en los trazos que la gubia realizaba a través de mi mano, agotada en el esfuerzo. Me levanté de mi asiento y caminé por algunos instantes, tratando de apaciguarme y ver cómo podría seguir con la tarea. El interrumpir el trabajo es para mí una pausa estimulante adónde descanso, buscando la inspiración del impulso creador. Nuevamente inicié con renovados bríos el tallado, pero tropecé con un imponderable. Una franja del grabado se mostraba muy complicada, con muchas líneas superpuestas unas con otras y minúsculos círculos dispuestos alrededor de una cabeza desproporcionada, que a mí entender le darían una fuerza increíble a la obra. Busqué entre las herramientas que disponía, pero no encontré ninguna que pudiera efectuar a la perfección la idea que tenía en mi mente. Así que me dispuse a suspender el trabajo, hasta encontrar el instrumento adecuado. (2). Dejé la obra algunos días arrinconada en el taller, mientras buscaba el utensilio que necesitaba, ya que la posibilidad de encontrarlo entre mis herramientas resultó infructuoso. Así que debía obtenerlo en algún otro sitio. Tengo que confesar que la obra todavía descansa en el taller. En una oportunidad, arriesgue mostrarla a un amigo ilustrado en arte y no me dio una opinión convincente sobre este grabado, aún inconcluso, pero lo suficiente avanzado como para aventurar algún comentario. (3). Sabiendo como piensa, sus esquemas mentales apuntarían a formular una crítica virulenta al pluralismo posmodernista, defendiendo a ultranza la unidad en todos los aspectos. La obra todavía descansa en el lugar que la dejé, esperando que vuelva sobre ella y la concluya, para que pueda ser exhibida o bien depositada en alguna parte de la casa, donde su presencia no sea un estorbo.


1ª)Estas figuras, a decir verdad, no sirven para nada.
2ª)Sin embargo, es posible que entre los instrumentos que sirven para hacerlo, haya uno pequeño y frágil, que exige que se lo manipule con ligereza.
3ª)Visiblemente, piensa en un mundo que estaría exento de sentido.

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